Haciendo Foco

Opinión y enfoque

Es normal que leamos y escuchemos todo tipo de frases en época eleccionaria, por momentos pareciera que todo vale, aunque sea de la boca para afuera, para obtener la simpatía de los votantes al momento de expresarse en las urnas.

Desde propuestas y promesas idílicas hasta obras faraónicas, hemos prestado atención a todo tipo de apuestas de la clase política.

Terminados los comicios, y llegada la hora de mostrar en hechos las palabras vertidas, muchos se quedan muy lejos de lo prometido.

A veces es interesante pensar que no siempre es posible realizar todo lo que uno quiere, y menos si de otros depende en gran medida, incluso a cualquiera le pasa que diariamente no puede concretar todo lo que planea en el inmediato futuro.

Convengamos que no siempre es así, solo mirando cuestiones de simple infraestructura que nos rodean, nos damos cuenta de que los mandatos pasan y muchas cosas no cambian.

Pero no todo está perdido, la vida siempre da revancha y los representantes habilitados a partir del domingo pasado deberán refundar sus palabras con propuestas concretas.

Pasado el acto cívico las aguas se calman, los triunfadores festejan y los perdedores reconocen el triunfo ajeno. Ajeno, que palabra complicada para describir un momento en el cuál la voluntad de la mayoría se hace realidad, ¿por qué ajeno?, ajeno, es algo que no nos pertenece, algo que nos es lejano. No debería ser ajeno el triunfo, debería ser de todos y de cada uno de nosotros, incluso de los que no han sido elegidos, de los que no han querido que los elegidos sean los que han triunfado. Las palabras ya no son tan filosas y las reacciones conciliadoras tomaron el control de la situación.

Nuevamente lo mismo, esperemos no quedarnos solo con las palabras. Tratemos de empujar todos para el mismo lado, es el país el que nos necesita y nosotros los que necesitamos del país. El futuro depende de lo que hagamos cada día para mejorar el presente; presente que se convertirá en un futuro más amigable para nuestra descendencia. Dejemos de mirar el color de la camiseta, aunque sea por un rato, hasta que con el aprendizaje y a fuerza de costumbre podamos ser una sociedad más unida, con diferentes opiniones, por supuesto, como dice el dicho, en la variedad está el gusto.

Me propongo un ejercicio, mirar un poco más al de al lado, el de enfrente, al de la otra cuadra, hasta poder ver a todos, y en cada uno ver algo similar a mí, a mi interior. Voy a tratar de tener presentes a los demás en todo lo que hago.

Busquemos el cambio desde abajo, tengamos en cuenta que somos alrededor de 40 millones, y la clase dirigencial solo unos cuantos miles tal vez, no podemos cargar todas las culpas en tan pocos.

Javier Lange

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Autor: deroweb

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